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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Circunloquios: El arenque

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El penetrante olor se apoderó vertiginoso de cada esquina de la casa. Como ladrón al acecho, me tomó de improviso y adueñándose de las confusas células de mi cerebro, estimuló uno a uno todos mis sentidos. Primero fue el aroma, tan salado, que me hundió en las profundidades del mar en fracciones de segundo. En su busca, corrí a la cocina, para encontrar a mi padre concentrado en la tarea de calentar el oscuro alimento, que entendí que lo era porque usaba un sartén, utensilio prohibido a utilizarse para cualquier cosa que no fuera la cocción de nuestra cena. La escena no resultaba exactamente exquisita. Mi padre no entraba a la cocina a menos que fuera a preparar algún postre, como el sabroso pudín, o el merengue, que se deshacía en mi boca con solo pensarlo; y aquello no podía estar más distante a un dulce que la carne cecina. ―¿Qué es eso? –pregunté mientras arrugaba mi naricita de seis años. ―Arenca ahumá -respondió mi padre con una sonrisa de satisfacción, una de esas que n

Circunloquios

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en el hospital… Miguelángel está enfermo y sonríe por la batita que le regalé. Se acuesta bocarriba con las manos enlazadas bajo su cabeza y sus piernas muy estiradas, como lo haría un rey en su mullida cama real. Sólo que él no es un rey en su rica alcoba, ni la dura cama de hospital es el suntuoso lecho seguro de un monarca. Es la misma cama donde, tal vez, horas antes se alojó un terrible virus, donde sufrió dolores o asfixias otro niñito, tan o no amado como el nuestro, pero con el mismo deseo de soñar, de ser importante, de llegar a grande. Mi corazón llora con su sonrisa. Trato de no mirar sus ojitos llenos de ilusión, ni los de su madre, mi otra niña, aterrorizada. Cambio la mirada hacia el armario ocupado y desocupado por tanta esperanza, cansancio y sufrimiento y elevo mi oración al Padre: Perdón, Superusted, que todo lo sabe, lo puede, lo crea, por mi ignorancia, mi insolencia, mis desaciertos; si todo lo puedes, como sé que puedes, ¿por qué enfermar a los niños? Porq