La Gaveta del Almario

El viernes 15 de febrero tuve el privilegio de asistir a la presenta- ción del poemario Vicios de Construcción , de Elidio La Torre Lagares. Fue un banquete de San Valentín, y no me refiero a los sabrosos “piscolabis” que Anaive, muy considerada, nos ofreció (y nosotros muy obedientemente consumimos hasta acabar). La poesía que Elidio compartió con nosotros en ese rato surtió el efecto mágico de llevarnos a cada uno de los ambientes preparados por el poeta. Poesía de calidad, leída con premeditación y alevosía. Excelente poemario que tenemos que tener al alcance, cuando queramos invertir bien nuestros ratitos libres.

Comencé a leer Las mil y una noches hace mucho más de mil noches. Como la mayoría de los que disfrutamos de la lectura, conozco partes de esta obra desde niña. Mi reencuentro con ella se da luego de vivir innumerables y variadas experiencias, y conocer terribles noticias de la vida real (entiéndase periódicos, televisión, conocidos, en resumen “nuestro mundo”). Desde este otro punto de vista, descubro que Schahrazada (Scherazade) es toda una heroína que estuvo dispuesta a sacrificarse para salvar a las mujeres de su nación, y de paso a su propio padre, el visir, de un rey muy triste y vengador que está dispuesto a acabar con todas las mujeres por lo que le hizo su difunta esposa (a la cual ya mató). Como resumen rápido menciono que el rey descubre que su mujer lo engañaba, y él decide no creer en ninguna otra. Cada noche duerme con una virgen de su reino, y a la mañana siguiente la asesina. Hizo eso por tres años. Se acaban las vírgenes quedando únicamente las hijas del visir. Schahraz

Anoche participé como público de la noche de estreno de “Se nos trancó el bolo”, comedia escrita y dirigida por Héctor Méndez, quién también interpreta el papel del padre de una familia que hoy día llamaríamos disfuncional, pero que reúne una serie de situaciones que pueden darse en las familias de hoy (con muchos deseos de que no suceda todo a la vez en la misma familia, como se da en la obra). En la comedia, la familia se encuentra muy ocupada preparando el recibimiento de su único hijo varón, Junior, quien llega del ejército. En el primer acto de la obra la familia interactúa de una forma falsamente cordial, a pesar de algunos choques más o menos livianos, entre sus miembros. Ya en el segundo acto se caen todas las caretas para dejar paso al descubrimiento de los “secretos” que cada miembro guardara hasta ese momento. Con parlamentos actualizados, como las referencias a nuestros boxeadores y repetidas alusiones satirizadas de la política en Puerto Rico, la familia nos bombardea dura